El diálogo


Al hablar del éxito de la familia, hemos de tener en cuenta muchos aspectos que tienen que ver con muchos valores y cualidades del ser humano. Sin embargo, existe un pilar que es básico en nuestras hogares, y es el diálogo abierto y conjunto.
A veces es difícil de llevar por las distintas personalidades que conforman una familia.
Pero si tomas en cuenta y respetas esas mismas diferencias, vas a lograr un fruto mucho más rico. El valor que tiene esa decisión es mayor por ser tomada en conjunto, y por la diversidad de aportes que implica la consulta.
Para empezar a hablar del diálogo abierto, es preciso tener en cuenta que no se debe censurar la opinión de ninguna persona, no importa su edad. Defender la oportunidad de que todos opinen es sumamente necesario. Todos pueden y deben  reflexionar con sus familias las decisiones importantes, e incluso los detalles.
Es la magia de esta fortaleza, la que después os mantendrá unidos y fuertes en las pruebas y dificultades que todas las familias en menor o mayor grado sufren en algún punto de sus vidas.
Aunque también es necesario decir la verdad de lo que uno piensa, siempre como miembro de una familia, recuerda, y recuerda también a todos, que para decir la verdad no es necesario herir los sentimientos de los demás. Además de generar conflictos, va a inducir a los demás a sacar todos los aspectos negativos.
Esa actitud no lleva a una solución.
Piensa en las debilidades, pero ten en cuenta una solución o una fortaleza mayor que tu familia posea. Todos, como individuos y como familias, poseemos fortalezas y también defectos, que son el talón de Aquiles en las dificultades de la vida.
Para una buena relación con los demás miembros de tu familia es fundamental no subestimar las potencialidades.
Porque si rebajas la posición del otro o desprecias lo que realmente le gusta, no vas a lograr la confianza y el apoyo de esa persona con tus propios sueños.
Igualmente, si algún miembro de tu familia no te apoya en lo que deseas, ten en cuenta que probablemente él o ella no tuvo la oportunidad de tener opciones en su vida, y solo es su intención y deseo verte bien.
Háblale y trátale con amor, proporciónale argumentos y expón tu punto de vista.
Si aún así no apoya tu decisión,  no es razón para tener un conflicto constante y mantener una mala relación con esa persona.
 Si tuvieses que estar de acuerdo con todo el mundo sobre lo que piensas de cada cosa, te encontrarías totalmente solo.
Aprende a respetar las opiniones de cada uno y comprende cuando algunos no las entienden.
Se dice también que una de las pocas veces en que la familia tiene la oportunidad de hablar de manera relajada es en la mesa: aprovecha este tiempo en fomentar lazos estrechos con todos.
Si por el contrario no tienes ese tiempo o en tu familia no hay la costumbre, ¡no todo está perdido!
Algunas familias que han pasado por crisis, han tomado como opción tener una charla,  por ejemplo los domingos por la tarde, una reunión en donde cada uno aporta algo y se consultan nuevas decisiones.  Después aprovechan esa oportunidad para hacer algo juntos, pues no es necesario esperar a momentos de crisis para poner a un familia en armonía y unión estrecha.